Jovencísima artista italiana, Federica Bau (Sesto San Gionanni, Italia, 1990), desarrolla actualmente su proceso formativo entre España y Portugal. En 2013 es becada en el IV Seminario de Impresión Experimental Xavier Nogès y un año más tarde finaliza su formación de ilustración en la Escuela Massana de Barcelona, donde su trabajo de fin de estudios, el álbum Kara, Negra culpa, recibió el Premio Junceda para Futuros Creadores (2015). Durante este tiempo, se introduce en el mundo del grabado a través de los talleres de Off-Massana y en Contraprova en Lisboa. En 2017, y gracias a una beca del CIEC, realizó el Máster de Obra Gráfica de la Fundación CIEC en Betanzos, La Coruña.
Es una artista en constante evolución. En sus comienzos predominaba la ilustración figurativa y el color. Poco a poco ha ido encontrando su pasión en la gráfica que le lleva a un lenguaje más sintético y austero y que, como ella misma apunta, “busca la belleza y el equilibrio en una obra gráfica esencial y elegante. Abandona el color para centrarse en los distintos matices del negro en yuxtaposición al blanco, explora la naturaleza estética que ofrece cada recurso, soporte y técnica, desde lo pictórico y matérico hasta lo gráfico.”
Paula Rego (Lisboa, 1935 - Londres, 2022) ha sido una de las pintoras figurativas más relevantes de la escena internacional y una de las voces plásticas más lúcidas y combativas surgidas en la segunda mitad del siglo XX. La producción artística de Rego ha estado enraizada en experiencias y recuerdos personales, en siniestras fantasías, en la historia del arte y en la literatura. A principios de los años cincuenta se traslada a Inglaterra para estudiar en la Slade School of Fine Art y adopta Londres como ciudad de residencia principal a la vez que deja atrás el Portugal del dictador Salazar.
Ajena a las modas pasajeras, Rego practicó siempre la pintura figurativa bajo formas muy diversas y fue de los pocos artistas modernos cuya obra gira en torno a la vida misma, como también lo hicieron los predecesores que reivindica, Goya y Hogarth, revelando así lo mejor y lo peor de la condición humana. Su obra tiene una manifiesta voluntad subversiva y liberadora, con una evidente dimensión de lucha contra la autoridad. En ella la artista habla de la dominación, la opresión y la violencia con lo que cuestiona los estereotipos impuestos socialmente. Con enorme fidelidad a su experiencia del mundo inspirada en los recuerdos de su solitaria pero mágica infancia en Portugal y en los muchos papeles que ha asumido en su vida, Rego creó una obra intensamente conmovedora y humana con un lenguaje apasionado y enérgico.
La vida y la obra de la gran artista portuguesa se han mantenido fieles a lo largo de su trayectoria artística. Siempre esa mirada única, descarnada de las relaciones íntimas de poder, dentro de la familia, entre el adulto y el niño, entre la persona y el animal, el amo y el sirviente, pero sobretodo entre el hombre y la mujer.
Grabador, pintor y dibujante italiano. Fue hijo del orfebre Gaetano Bartolozzi, con el que se formó antes de ingresar en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Allí aprendería los rudimentos de su oficio, mostrando especial interés por la miniatura, el pastel y la acuarela y especializándose poco después en la técnica del grabado. Entre 1745 y 1751 trabajó en el taller de Joseph Wagner, célebre grabador y editor veneciano especializado en temas de historia. Durante estos años grabó la obra de artistas venecianos contemporáneos, como Jacopo Amigoni o Pietro Longhi, y de algunos clásicos de la escuela, como Veronés. Se especializó en seguida en la técnica del grabado a modo de lápiz, que le permitía reproducir las sutiles gradaciones de los dibujos al carboncillo del renacimiento y el barroco, aunque también fue un maestro en el procedimiento del puntillado. Con esta técnica llevaría a cabo uno de sus proyectos más ambiciosos: convertir en estampas los dibujos de Guercino que se encontraban en las colecciones venecianas. Gracias al éxito que le reportó este encargo, por mediación de Richard Dalton, bibliotecario del rey Jorge III, fue invitado a Inglaterra para grabar los dibujos de Guercino en la Royal Collection. Nada más llegar al país, en 1764, fue nombrado grabador del rey y cuatro años después se convertía en uno de los fundadores de la Royal Academy, siendo, además, responsable de grabar el diseño que Giovanni Battista Cipriani realizó para el diploma de dicha institución. En 1802 se estableció en Lisboa, donde fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes y donde trabajó hasta su muerte. Entre sus proyectos más importantes cabe destacar la serie que realizó sobre la obra Silencio, de Annibale Carracci, las ilustraciones para Las ruinas del palacio del emperador Diocleciano en Espalato (1764, Londres), de Robert Adam, y las que llevó a cabo para Orlando furioso. Asimismo, trasladaría al grabado la obra de creadores contemporáneos, como Angelica Kauffmann, John Singleton Copley o Thomas Gainsborough, contribuyendo de manera decisiva a la divulgación de su obra.
FUENTE: Museo del Prado
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