Testa pasa en Roma por el taller de Domenichino y cuando éste marcha a Nápoles en 1631; el joven artista estudia con Pietro da Cortona, estancia breve que no deja huella en su pintura. La verdadera formación de Testa depende de su amistad con Cassiano dal Pozzo, humanista anticuario, protector de artistas como Poussin y Duquesnoy. Será Poussin, sin duda, la influencia decisiva en la pintura de Testa, en la técnica de intenso venecianismo y en los alegóricos o simbólicos de carácter estoico. A lo largo de su vida, Testa debió de pintar más de veinte composiciones, de las que pocas han llegado hasta nosotros. La falta de elementos seguros para establecer una cronología dificulta aún más el conocimiento de la evolución de su obra. De sus primeros años, hacia 1637, es el cuadro de ''Santo Domingo'' para la iglesia de San Romano de Lucca y de comienzos de la década de 1640 es la ''Presentación de la Virgen en el Templo'', para la de Santa Croce dei'Lucchesi en Roma, hoy en el Ermitage de Leningrado. En sus grandes encargos oficiales Testa no tuvo la comprensión de su clientela; sus proyectos para el ábside de San Martino de' Monti fueron rechazados y los frescos de Santa Maria dell' Anima fueron picados poco después de su terminación. En la década de 1640 Testa parece refugiarse en la elaboración de su ''Tratado'', hoy en la Kunstakademie de Düsseldorf, y sobre todo en los grabados, que le permitían una absoluta libertad en la expresión de su estilo y de sus ideas. En 1650, Testa moría ahogado en el Tiber, quizá un suicidio, según sus contemporáneos (Mena, M.: Catálogo de dibujos, VI, Dibujos italianos del siglo XVII, Museo del Prado, 1983, pp. 158-59).
FUENTE: Museo del Prado
Prieto Muñoz, Gregorio. Valdepeñas (Ciudad Real), 2.V.1897 – 14.XI.1992. Pintor, dibujante y grabador.
El padre tenía un bazar en la misma Valdepeñas. La madre moriría dos años más tarde del nacimiento del futuro pintor, y en 1899, el padre contrajo segundas nupcias. En 1905 se trasladó con su familia a Madrid, donde residirá hasta mediados los años veinte.
Desde muy joven sintió gran atracción por el dibujo y la pintura, algo que contrariaba al padre, que deseaba que su hijo llegara a ser ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Con este último objetivo, el padre le inscribió, en 1911, en la Escuela Industrial de Madrid, donde estudió durante tres años y realizó unos dibujos lineales que causaron la admiración de sus compañeros. A escondidas de su familia se matricularon, en 1914, en la Escuela de Artes y Oficios, para preparar su ingreso en la Real Escuela de San Fernando.
Lo logró al año siguiente y consiguió que el padre cediera ante su firme vocación.
En 1917 obtuvo una beca de cinco meses para la residencia de Paisajistas del Paular (Segovia), que dirigía Muñoz Degrain, beca que conseguirá de nuevo al año siguiente. En 1919 expone individualmente, por primera vez, en el Ateneo de Madrid. Tras la buena acogida de sus obras con motivo de una exposición colectiva de los artistas pensionados para El Paular, realizada el mismo año, es invitado a exponer en Bilbao y Barcelona. La Diputación de Ciudad Real le concede una pensión de tres años para que prosiga sus estudios y es seleccionado para una exposición de pintores españoles en la Royal Academy de Londres y para otra en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
En 1922 obtiene una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1922, y en 1924 expone individualmente en el Museo de Arte Moderno y el Palacio de Bibliotecas y Museos de Madrid.
Su paisajismo viene marcado por el impresionismo.
La pincelada tiende a fragmentarse y sabe dar intensidad y modulación al juego de la luz. Pronto, sin embargo, acentuará la construcción, por influencia de Vázquez Díaz, y derivará a una evidente influencia cubista. Para entonces ha conocido y trabado amistad con varios poetas de su generación, sobre todo Rafael Alberti, con el que le unirá gran amistad, Vicente Aleixandre y Federico García Lorca.
El año de 1925 marca el principio de una nueva etapa en su vida y su obra. Después de exponer de nuevo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, la Junta de Ampliación de Estudios le otorga una beca de tres años para estudiar en los museos de Francia y Gran Bretaña. En 1926 participa en la Bienal de Venecia y expone en La Grand Maison de Blanc, de París, presentado por Jean Cassou. Siguen años de una actividad muy intensa, en los que expone individualmente con frecuencia, en España y en otros países. En 1928 obtiene, en Madrid, el Gran Premio de Roma, consistente en una beca para la estancia de cuatro años en la capital italiana. Antes de su partida, la Sociedad de Amigos del Arte le organiza una exposición en el Palacio de Bibliotecas y Museos. El catálogo tiene textos sobre su pintura escritos por Vicente Aleixandre y Rafael Alberti.
Al igual que en París, su simpatía y sentido de la relación social le abrirá muchas puertas y le permitirá conocer a influyentes personajes de la vida cultural italiana. Margherita Sarfatti le organiza una exposición en la Asociacione Artistica, de Roma, y el catálogo contiene textos de Marinetti y Alfonso Reyes. En Roma surje una gran amistad con Eduardo Chicharro “Chevé”, pensionado como él, quien influirá decisivamente en Prieto. Esta nueva orientación vendrá reforzada por el interés que mostrará por la obra de De Chirico, del que se encuentran ecos en una serie de cuadros con maniquíes, entre los que destaca Luna de miel en Taormina (c. 1930), y en El caballo de bronce (c. 1930 también). Este último cuadro le representaría en el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1939. En sus viajes por Italia y Grecia se siente especialmente atraído por los vestigios de sus antiguas culturas, interés que se reflejará intensamente en su obra.
Al comienzo de la Guerra Civil se encuentra en Madrid, pero consigue volver a Londres, donde había decidido establecerse. Allí continuará durante la Segunda Guerra Mundial. Es muy amplio su trabajo como ilustrador de libros ajenos y libros propios.
La exposición que tendrá mayor repercusión en el Reino Unido será la celebrada en las galerías Lefevre, de Londres. Es muy importante la labor que realiza como dibujante: retratos y escenas con estudiantes en Oxford. Durante un tiempo alberga en su casa a Luis Cernuda, durante la estancia del poeta en Londres.
Su vuelta a España se produce, paulatinamente, a partir de 1947. En 1948 es nombrado Hijo Predilecto de Valdepeñas y al año siguiente aparece en la Colección Adonais el libro Poesía en línea, a él dedicado por Vicente Aleixandre. El mismo año se integra en el grupo de los Postistas, que habían elegido ya en 1945 una de sus fotografías surrealistas para la portada de su revista Postismo.
En 1950 presenta en el Museo Nacional de Arte Moderno la mayor exposición antológica celebrada hasta entonces, con 116 obras. En el marco de una nueva exposición celebrada al año siguiente en la Canning House, en Londres, pronuncia una conferencia José Ortega Gasset. Dos años más tarde, viaja a los Estados Unidos, con motivo de una exposición individual organizada por la galería Aleixandre Iolas de Nueva York. En 1957 obtiene una primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes, y una primera también en la sección de dibujo en la de 1962.
Su presencia es constante en exposiciones individuales y en las principales manifestaciones artísticas del arte español, y en 1978 se presenta una Exposición Antológica de su obra en las Salas de Exposiciones de la Biblioteca Nacional de Madrid.
Su pintura se ha ido centrando en paisajes de La Mancha y de otras regiones españolas, temas de carácter histórico y religioso y una larga serie de retratos al óleo y en dibujo (diversas versiones de Federico García Lorca, alguna de las cuales han tenido gran divulgación, Miguel Hernández, Menéndez Pidal, Azorín, Dámaso Alonso, entre otros). Es curiosa su larga serie de barrocos collages que llamaba pop-arts, en los que mezclaba temas contemporáneos con otros de tipo tradicional. Prosigue asimismo su actividad como ilustrador de libros de grandes poetas y como autor de libros de los que él mismo es autor del texto.
En 1982 le es concedida la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, que recibe de manos del Rey, y en 1987, la Medalla de Oro de la Ciudad de Valdepeñas.
El 19 de febrero de 1990 es inaugurado oficialmente por S. M. el Rey el Museo de la Fundación Gregorio Prieto en su ciudad natal, y el 27 de octubre del mismo año es nombrado académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Muere el 14 de noviembre de 1992, cuando contaba noventa y cinco años.
FUENTE: Real Academia de la Historia
Pintor italiano. Hijo del también pintor Dario Varotari -discípulo del Veronés., es en el ámbito familiar donde recibe su primera educación artística. Muy pronto se traslada a Venecia, en la cual aparece inscrito como pintor en 1615 y desde donde realizará frecuentes viajes a Roma. Desde muy joven su arte sigue el ejemplo de Tiziano, al que se sumarán otras influencias, como la de Palma el Joven. A partir de la década de 1640 su arte evoluciona hacia una retórica más barroca, sin perder nunca el reflejo de la pintura del siglo anterior que tantos éxitos le había reportado, y de la que realizará numerosas copias. La única obra de Padovanino en el Museo del Prado es 'Orfeo y los animales', pintada en una línea tan tizianesca que hizo pensar a algunos críticos en su adscripción al propio maestro de Cadore. Aparece por vez primera en los inventarios del palacio de La Granja de San Ildefonso en 1746, dentro de la colección de Isabel de Farnesio.
(García López, D. En: E.M.N.P, 2006, Tomo V, p.1654)
FUENTE: Museo del Prado
Pintor formado en la academia de Pedro Borrell y en la Llotja de Barcelona. En 1873, amplió sus conocimientos en la academia Giggi, de Roma, y en 1977, fijó su residencia en París, donde tuvo como marchante a Goupil. Expuso individual y colectivamente en París, Roma, Madrid, Barcelona, etc. Fue un excelente dibujante y un pintor destacado de la pintura <<burguesa>> de finales de siglo, reflejando en su obra escenas de la alta sociedad, protagonizadas por hermosas damas, elegantemente vestidas, sin que ninguno de estos condicionamientos disminuyese la calidad artística. También cultivó la pintura de tesis social, con riguroso realismo, y en algunos lienzos, prestó atención a personajes y costumbres del pasado. Está representado en las colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Museo Contemporáneo de Madrid.
Miembro de una extensa dinastía de artistas, tras el establecimiento de su familia en Duisburg en 1561, Goltzius empezó a formarse con los grabadores Dirk Volckertsz. Coornhert y Philip Galle, estableciéndose en Haarlem en 1576. Entre 1590 y 1591 viajó por Italia en compañía de Jean Mathys, pasando por Munich para visitar a Jan Sadeler, un viaje fundamental por su encuentro directo con el pasado de la Roma clásica.
Goltzius no fue solo un consumado grabador sino también el maestro de algunos de los más brillantes miembros de la generación posterior como su yerno, Jacob Matham, Jan Muller y Jan Saenredam. Fue uno de los primeros artistas en establecerse como editor de estampas y su fama como grabador, creciente desde la década de 1580, le llevó a obtener en 1595 el "privilegio imperial" que le permitiría proteger su trabajo de posibles copistas. La difusión de su obra fue enorme en toda la Europa de su tiempo y la obra de numerosos artistas españoles evidencia el conocimiento directo y el uso cotidiano de las estampas del maestro. Técnicamente realizó grabados de gran calidad, en los que destaca la representación del cuerpo humano mediante un hábil manejo del buril y fue excelente en ejemplos de chiaroscuro.
Desde 1600 comenzó su carrera como pintor y se conservan también numerosos dibujos suyos, incluyendo grandes dibujos a pluma sobre papel, pergamino o lienzo, realizados para coleccionistas cortesanos (Texto extractado de: "GOLTZIUS, Hendrick." Benezit Dictionary of Artists. Oxford Art Online. Oxford University Press. Web. 27 abril 2015.(http://www.oxfordartonline.com/subscriber/article/benezit/B00076377).
FUENTE: Museo del Prado
Ribera es, cronológicamente, el primero de los grandes maestros españoles que surgieron en las décadas centrales del siglo XVII. Los comienzos de su educación artística son todavía objeto de conjetura, pero hay constancia de su presencia en Parma en 1611, cuando tenía veinte años. Cuatro años más tarde se encuentra en Roma, en una colonia de pintores extranjeros y llevando quizá una vida bohemia: se cuenta que abandonó la ciudad para escapar de sus acreedores. Para 1616 estaba en Nápoles, donde se casó con la hija de Bernardino Azzolino, un importante pintor local de reconocido prestigio. El reino de Nápoles estaba entonces bajo el dominio de España, y Ribera vivió en su capital por el resto de su vida. Además de tener importantes clientes de Roma y otras ciudades aparte de Nápoles, el joven pintor fue pronto descubierto por el virrey español, el duque de Osuna. Por mediación del duque y de todos los virreyes siguientes (el duque de Alcalá, el conde de Monterrey y el duque de Medina de las Torres), su obra entró a España, y en particular a la colección real.
De hecho, Felipe IV llegó a poseer más pinturas de Ribera que de ningún otro artista español (alrededor de cien, distribuidas entre El Escorial y el Palacio Real). A pesar de la influencia que ejerció Ribera sobre los pintores españoles, los críticos e historiadores del arte estiman que su estilo, tipos y temas son marcadamente extranjeros. Ribera adoptó una forma extrema del naturalismo de Caravaggio, que se manifiesta en su uso de fuertes contrastes de luz y sombra y en su galería de personajes toscos presentados con crudo realismo, pero también absorbió rasgos de otros lenguajes artísticos de la época tales como el clasicismo boloñés y el color romano. Tal diversidad de medios expresivos fue única entre sus contemporáneos españoles. Además de los temas religiosos, Ribera cultivó otros géneros que no tenían paralelo en España, tales como sus series de mendigos y de filósofos de la Antigüedad, o escenas inspiradas en la mitología clásica, que debe haber conocido a fondo. También fue dibujante prolífico y experto grabador, ocupaciones poco comunes entre los artistas españoles de ese período.
FUENTE: Museo del Prado
Antoni Estruch i Bros se introdujo en las artes plásticas en el estudio del pintor de Sabadell Joan Vila i Cinca y fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde destacó por su dominio del dibujo. En 1893, con solo veinte años, entró en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid. En los años siguientes hizo un periplo por Roma, París y Palestina, bajo el mecenazgo del industrial sabadellense Francesc de Paula Ponsà Cantí. En ese último destino ejecutó diversas obras de temática bíblica y evangélica. En 1903 regresó a Cataluña, inició también la temática social, con Una manifestación obrera (1904) y el género historicista con el Corpus de Sangre (1907), obra hoy conservada en el Museu d’Art de Sabadell.
El 14 de enero de 1910, Antoni Estruch marcha a Buenos Aires donde se convertirá, en los años siguientes, en director de la Escuela de Bellas Artes. Muere en la capital argentina en 1957.
Pintor español que comenzó sus estudios con el pintor José Romero y consiguió la protección de José de Carvajal y Lancaster, primer ministro de Fernando VI. Éste le costeó en 1751 un viaje a Roma para estudiar con Corrado Giaquinto. Siguió trabajando junto a su maestro italiano, cuando ambos se instalaron en Madrid en 1753, y participó con éxito en los certámenes de la recién creada Academia de San Fernando. Como becario de la institución madrileña regresó a Roma de 1757 a 1764. De esta época conserva el Prado el curioso Cuaderno de Italia, con apuntes de lo visto y creado entre 1761 y 1762. Antes de volver a España visitó en compañía de Juan de Villanueva las pinturas de Herculano. Completada su formación, solicitó trabajo en la corte y se incorporó a la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Bajo la dirección de Anton Raphael Mengs realizó cartones, copiando primero composiciones de Luca Giordano y Giaquinto. En obras posteriores creó invenciones propias con cacerías y asuntos populares, inspirados en la vida cotidiana madrileña, entre ellos muchos de tema infantil. Los cartones, alegres y coloristas, se pueblan de tipos castizos junto a otros de clases más refinadas, que recuerdan estilísticamente los primeros cartones de Francisco de Goya. Castillo logra -como en la interesante escena de El taller del pintor- composiciones sólidas que demuestran su dominio del dibujo y su sentido del espacio. Además de sus proyectos en la manufactura de tapices trabajó, junto con Andrés de la Calleja, en la restauración de las bóvedas de Luca Giordano del Casón del Buen Retiro. En 1780 entregó dibujos para la ilustración de la edición de El Quijote, que preparaba la Real Academia Española. Un lustro después logró el nombramiento de académico de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, hasta convertirse en 1788 en teniente director de pintura. Castillo realizó un número considerable de pinturas de asuntos alegóricos y religiosos. Uno de los ejemplos más ambiciosos es El abrazo de santo Domingo y san Francisco, que forma parte del conjunto de cuadros que decoran la iglesia de San Francisco el Grande en Madrid, encomendados por Carlos III a diversos artistas, entre ellos Francisco Bayeu y Francisco de Goya. En su obra religiosa Castillo oscila entre el rococó, elegante y grácil, que había aprendido de su maestro Giaquinto, y el estilo neoclásico impuesto por Mengs.
La primera formación de este pintor italiano la realizó junto al gran escultor Alessandro Algardi, siguiendo después al pintor Sementi. En 1638 se dirigió a Nápoles y seguramente fue allí donde se relacionó con Lanfranco, pues en 1646 se encontraba de nuevo en Roma trabajando en el taller del pintor parmesano y participando en la Academia de los Virtuosos del Panteón y en la Academia de San Lucas. En los años siguientes su prestigio no hizo más que aumentar, lo que le sirvió para realizar varias decoraciones en palacios e iglesias romanas, hasta que en 1661 se trasladó a trabajar a Gaeta. En 1668 fue nombrado príncipe de la Academia de San Lucas. Entre 1666 y 1671 envió varias obras a España: a Zaragoza y Toledo. En sus pinturas supo conjugar las más variadas corrientes de la pintura italiana del siglo XVII, desde el barroco más exaltado de Cortona o la pincelada aérea de Lanfranco, hasta la propuesta más contenida y clasicista de Maratta. En el Museo del Prado solo existe una obra relacionada con Brandi procedente de las colecciones reales.
FUENTE: Museo del Prado
Pintor italiano de un barroco encuadrable como tardío.
Giovanni Paolo Castelli proviene de una familia de pintores de bodegones. Aunque trabajó en ciudades como Florencia, estuvo activo en Roma, donde fue influenciado por Abraham Brueghel. Castelli es reconocido por pintar sobretodo bodegones, fruteros y floreros. Su estilo distintivo emplea una paleta brillante que resalta los contornos de las frutas meticulosamente representadas y por ello es considerado por la crítica como uno de los pintores de bodegones romanos más importantes de finales del siglo XVII.
Una docena de sus pinturas se conservan en la Pinacoteca Cívica Fortunato Duranti.
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