Nacido en una localidad a medio camino entre Ferrara y Bolonia, desde muy pronto recibió el apodo de "Il Guercino", debido a su estrabismo ("quercio" en italiano es bizco). Su formación fue esencialmente la de un autodidacta, en un ambiente artístico particularmente rico: el estudio de los cuadros de altar de Ludovico Carracci, que podía ver en Cento o en Bolonia, introdujo en sus obras un dinamismo vehemente y una gran fluidez de ejecución. No obstante, se advierten igualmente en esa primera etapa de su producción elementos de la tradición veneciana, filtrada por el ejemplo ferrarés de Scarsellino y reforzados por una estancia en Venecia en 1618. Resultado de todo ello es la elaboración deun estilo naturalista muy personal que llegaría a la madurez entre 1619 y 1620, dándole una notoriedad entre los clientes que sobrepasó ampliamente el ámbito local, especialmente después de recibir encargos de instituciones religiosas y de los cardenales Ludovisi, en Bolonia, y Serra, en Ferrara, hasta ser llamado a Roma en 1621 por el nuevo Papa, Gregorio XV. En la Ciudad Eterna llevó a cabo la pintura de la bóveda del Casino Ludovisi con el tema de "La Aurora", cuyo sentido del espacio ya barroco y su extraordinaria libertad pictórica le ganaron general admiración. A este éxito se sumó la creación de un gran cuadro de altar en 1623 para la basílica de San Pedro del Vaticano, "El entierro de santa Petronila", en el que se advierten las primeras señales de una reorientación radical hacia una estética mucho más clásica, influida por el ejemplo de las obras de Domenichino y las teorías artísticas de Agucchi. De regreso a Cento, a la muerte del pontífice en 1623, asumió renovadas ideas clasicistas, al gusto de Guido Reni, templando su ímpetu pictórico. Pintó mucho, con ayuda de un importante taller, debido a los numerosos encargos que recibía de toda Italia, e incluso de otros países. A la muerte de Guido Reni en 1642 se trasladó a Bolonia, ocupando de este modo el puesto vacante de "jefe de la escuela". En su etapa final se aprecian pormenores y refinamientos que anuncian las gracias del siglo XVIII. Infatigable dibujante -a su muerte había en su taller miles de dibujos de su mano- Guercino legó a la posteridad una inmensa producción pintada que por su abundancia, diversidad de invención y rasgos de emoción de una profunda sinceridad, merece ser tenida en cuenta al lado de la de los más grandes autores del siglo XVII, tal y como reconocieron sus coetáneos.
FUENTE: Museo del Prado
Balen, Hendrick van
Formado con Adam van Noort y Martin de Vos. En 1592-1593 entró como maestro en el Gremio de San Lucas de la ciudad de Amberes, y poco tiempo después viajó a Italia, donde permaneció hasta 1600-1602, visitando Roma y Venecia. No se conoce ninguna obra de su etapa italiana, aunque sus primeras pinturas muestran gran relación con las composiciones de Annibale Carracci y Palma el Joven. La influencia veneciana se aprecia en las posiciones claramente manieristas de sus figuras, así como en los desnudos femeninos. Pese a realizar, al comienzo de su carrera, cuadros de altar donde se observa la poderosa romanización heredada de Noort, Van Balen evolucionará hacia un mayor decorativismo colorista más cercano a la influencia de Antonio van Dyck, quien se sospecha pasaría por su estudio hacia 1609. Inicialmente colaboró con pintores como Abel Grimmer, para cuya Vista de Amberes (Koninklijk Museum voor Schone Kunste, Amberes) pintó las figuras. Sin embargo, es en la pintura de gabinete en la que alcanzó mayores éxitos, con decidido énfasis en temas como los cuatro elementos, el banquete de los dioses y similares representaciones que permitían situar bellos desnudos en entornos naturales paradisiacos. Colaborador asiduo de Jan Brueghel de Velours, son numerosas las obras realizadas conjuntamente por ambos artistas, en las que Brueghel aportaba las guirnaldas de flores y Van Balen las figuras; uno de los mejores ejemplos de esta asociación pictórica es Ceres con los cuatro elementos (Pinacoteca Ambrosiana, Milán). También artistas como Joost de Momper colaboraron con Van Balen pintando fondos de paisajes y se conocen trabajos con Lucas van Uden, Jan Wildens y Frans Snyders. Otros modelos de inspiración para Van Balen fueron el romano Taddeo Zuccaro, de quien tomó rígidos esquemas compositivos que volcó en sus primeras obras de gabinete, como Bodas de Baco y Ariadna (Museum der Bildende Künsten, Leipzig). Su forma de componer varía hacia 1608 a esquemas más dinámicos y mejor dispuestos en el plano, siendo muy comunes las figuras en repoussoir y los contrastes lumínicos entre zonas oscuras e iluminadas, apreciables en Bodas de Tetis y Peleo (Gemäldegalerie, Dresde). A menudo sus pinturas se han confundido con las de Hans Rottenhammer, lo que se explica por la afinidad de las de ambos a las de Palma el Joven. Sus obras en el Museo del Prado son paradigmáticas de sus creaciones más habituales: representaciones alegóricas rodeadas de festones de frutas y flores, de los cuatro elementos y de las cuatro estaciones, algunas en colaboración con Brueghel. Entre sus cuadros en el Prado, solo uno, La Adoración de los Reyes, destaca por la particularidad de su tema religioso, por lo que debe ser relacionado cronológicamente con las obras religiosas que Van Balen realizó cuando era uno de los pintores de retablos más solicitados de Amberes hacia 1615, con su mejor ejemplo en La Santísima Trinidad (catedral de San Jacobo, Amberes).
FUENTE: Museo del Prado
Grabador, pintor y dibujante italiano. Fue hijo del orfebre Gaetano Bartolozzi, con el que se formó antes de ingresar en la Academia de Bellas Artes de Florencia. Allí aprendería los rudimentos de su oficio, mostrando especial interés por la miniatura, el pastel y la acuarela y especializándose poco después en la técnica del grabado. Entre 1745 y 1751 trabajó en el taller de Joseph Wagner, célebre grabador y editor veneciano especializado en temas de historia. Durante estos años grabó la obra de artistas venecianos contemporáneos, como Jacopo Amigoni o Pietro Longhi, y de algunos clásicos de la escuela, como Veronés. Se especializó en seguida en la técnica del grabado a modo de lápiz, que le permitía reproducir las sutiles gradaciones de los dibujos al carboncillo del renacimiento y el barroco, aunque también fue un maestro en el procedimiento del puntillado. Con esta técnica llevaría a cabo uno de sus proyectos más ambiciosos: convertir en estampas los dibujos de Guercino que se encontraban en las colecciones venecianas. Gracias al éxito que le reportó este encargo, por mediación de Richard Dalton, bibliotecario del rey Jorge III, fue invitado a Inglaterra para grabar los dibujos de Guercino en la Royal Collection. Nada más llegar al país, en 1764, fue nombrado grabador del rey y cuatro años después se convertía en uno de los fundadores de la Royal Academy, siendo, además, responsable de grabar el diseño que Giovanni Battista Cipriani realizó para el diploma de dicha institución. En 1802 se estableció en Lisboa, donde fue nombrado director de la Academia de Bellas Artes y donde trabajó hasta su muerte. Entre sus proyectos más importantes cabe destacar la serie que realizó sobre la obra Silencio, de Annibale Carracci, las ilustraciones para Las ruinas del palacio del emperador Diocleciano en Espalato (1764, Londres), de Robert Adam, y las que llevó a cabo para Orlando furioso. Asimismo, trasladaría al grabado la obra de creadores contemporáneos, como Angelica Kauffmann, John Singleton Copley o Thomas Gainsborough, contribuyendo de manera decisiva a la divulgación de su obra.
FUENTE: Museo del Prado
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