Artista del barroco neerlandés perteneciente a la escuela flamenca y que desarrolló su arte como pintor, diseñador de estampas y tapices, dibujante y artista vidriero. Nació en Bolduque, Países Bajos, en 1596 y se formó como pintor de vidrio junto a su padre Jan Roelofsz. Se casó con Catharina Heuvick, hija del notario de Amberes en primeras nupcias.
Perteneció al gremio de San Lucas en Amberes y en pintura destacó en las escenas de género y naturalezas muertas. Su actividad se desarrolló en Bolduque, Amberes, París, Fontainebleau y en las islas británicas.
En la literatura a veces lo encontramos como alumno de Rubens, pero esto no esa demostrado.
Luca Giordano gozó en vida, tanto en Italia como en España, de gran popularidad que, a su muerte, cayó precipitadamente arrastrada por dos prejuicios que se han mantenido hasta fechas recientes. El primero fue el de su rapidez de ejecución y como consecuencia su superficialidad, que siempre le reprocharon los partidarios de la estética greco-romana. Por otra parte, su sorprendente capacidad para imitar el estilo de otros artistas le relegó a la condición de copista de pintores célebres. La monografía de Oreste Ferrari y Giuseppe Scavizzi, publicada por primera vez en 1966, supuso la definitiva recuperación de este artista, al que se le reconoce hoy una fecundísima imaginación y capacidad creativa. Sus primeros biógrafos afirman que se formó en el entorno de Ribera, cuyo estilo imitó en un primer momento. Pronto realizó un decisivo viaje a Roma y Venecia, donde estudió sobre todo a Veronés, cuya influencia se percibe en su trayectoria posterior. En la maduración de su estilo también influyeron poderosamente otros artistas como Mattia Preti, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona, cuyos tipos físicos inspiraron los de Giordano. Durante los últimos años de la década de 1670 comenzó sus grandes decoraciones murales (Montecassino, 1677-1678, destruido, y San Gregorio Armeno, Nápoles, 1679), a las que siguió, a partir de 1682, la cúpula de la capilla Corsini en la iglesia del Carmen (Florencia) y, más importante, las de la galería y la biblioteca del Palacio Médici Ricardi (Florencia). En 1692 fue llamado a Madrid para llevar a cabo las grandes decoraciones murales del Monasterio de El Escorial, tanto en la escalera como en las bóvedas de la basílica, donde trabajó entre 1692 y 1694. La primera constituye su obra más esmerada, cuyo proceso siguió muy de cerca el propio monarca, Carlos II, donde combinó escenas históricas y alegorías, con personajes reales (los propios monarcas), en una composición que rebosa imaginación y que puso en evidencia ante los españoles su asombroso dominio de la técnica del fresco. A esta obra siguió otra de menor envergadura, aunque de gran importancia. Se trata del despacho y el dormitorio (destruido) del monarca en el Palacio Real de Aranjuez, decorados íntegramente por este artista: al fresco la bóveda y con cuadros al óleo sus paredes. En el despacho representó de nuevo al monarca, aunque en este caso lo hizo con una original iconografía en la que Carlos II aparece representado como nuevo Jano, garante de la paz y previsor del porvenir. Los cuadros que adornaron este ámbito completaban el mensaje político de la bóveda, dedicado todo ello a exaltar las virtudes de Carlos II como gobernante de la Monarquía hispánica. A este conjunto siguió el del Casón del Buen Retiro (h. 1697); la sacristía de la catedral de Toledo (1698); la decoración de la real capilla del Alcázar (destruido); y San Antonio de los Portugueses (1699), donde Giordano representó ocho escenas de la vida de san Antonio de Padua pintadas sobre tapices fingidos, que permiten imaginar el efecto que debían producir los perdidos Trabajos de Hércules del Casón, representados igualmente sobre tapices fingidos. La llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión provocó el fin de los encargos reales y, en definitiva, la vuelta de Giordano a Nápoles en 1702, aunque el artista continuó enviando abundantes pinturas a España. Allí murió en 1705 dejando una obra ingente y una considerable fortuna .
FUENTE: Museo del Prado
Pintor y comerciante flamenco, hermano de Jan y Paul de Vos. Entró en el Gremio de Pintores de San Lucas de Amberes como maestro en 1608, siendo decano desde 1619. Son sus años de mayor éxito, convirtiéndose, a partir de 1620, en el principal retratista flamenco hasta la irrupción de Antonio van Dyck. En sus pinturas es evidente la influencia de Jordaens, y su relación con las del propio Van Dyck, especialmente en la libertad de planteamiento, no sujeto a la pesada imposición de la retratística del siglo XVI. Sus obras se caracterizan por el equilibrio compositivo, en las que la fuerte gestualidad de los personajes le ayuda a establecer relaciones afectivas entre ellos. A partir de 1616 se aprecia en sus retratos una evolución hacia un estilo barroco más animado y maduro, sus modelos se alejan del espectador y el tamaño de las composiciones se agranda progresivamente, evitando los modelos estereotipados en interiores. En los años previos a la década de 1630 su producción es inmensa, y existen datos de la llegada de al menos seis retratos reales de su mano a España. La vuelta de Van Dyck a Amberes en 1627, supuso un nuevo cambio en su obra, animándole a realizar retratos de cuerpo entero, en los que confiere mayor importancia al escenario arquitectónico o natural que rodea a los personajes. A partir de 1630 vuelve a fórmulas estilísticas anteriores, para lo que utiliza composiciones eminentemente rígidas. La devaluación artística de sus últimas obras se relaciona con un cambio de gusto, ya que a mediados de siglo comienza a prevalecer el interés por los retratos de grupo a pequeña escala, en detrimento de los de cuerpo entero en los que Cornelis estaba especializado. La otra faceta pictórica de Vos cultivada en los primeros años de su carrera fue la temática de historia. Algunas de sus obras de esta etapa demuestran un uso convencional de las formas y un tradicional sentido de la solidez. Sus primeras pinturas religiosas se caracterizan por el emplazamiento teatral de las figuras, la falta de tres dimensiones y la utilización de color local. La evolución estilística de este género es paralela a la que sufrieron sus retratos. En ellos la variedad de poses y la expresividad de los personajes se combinan con un sentido fuertemente plástico de la representación. A partir de 1630 se observa una evolución en que empieza a representarlos en escenarios naturales y a utilizar figuras de menor tamaño. Las composiciones se complican formal y conceptualmente y sus cuadros evolucionan hacia escenas insertas en escenarios y paisajes idílicos, muy relacionadas con el interés por lo pastoril que empapó el arte flamenco de la década de 1630, en las que el barroquismo más teatral va imponiéndose. Su enorme producción de escenas mitológicas y religiosas de pequeño tamaño, destinadas a la burguesía, inundó el mercado flamenco gracias a sus buenas relaciones con comerciantes como Crisóstomo van Immersel, y sus propias actividades comerciales. Especialmente importante fue la exportación de este tipo de pinturas hacia España. El gran éxito de su obra puede atribuirse, asimismo, a la colaboración con otros pintores que realizaron diversos elementos de sus pinturas. Así es frecuente la mano de Jan Wildens en los paisajes, y de Paul de Vos y Frans Snyders en los animales. Pero con quien trabajó más cercanamente fue con Rubens, con quien participó en la realización de algunos retratos para el llamado Arco de Felipe, durante la entrada del cardenal-infante en Amberes en 1635 y en la decoración pictórica de la Torre de la Parada, realizando tres escenas mitológicas, que se conservan en el Prado.
FUENTE: Museo del Prado
Ningún pintor europeo del siglo XVII aunó como lo hizo Rubens talento artístico, éxito social y económico y un alto nivel cultural. Aunque su actividad se centró en la pintura, también realizó numerosos diseños para estampas, tapices, arquitectura, esculturas y objetos decorativos. Su obra, muy abundante, ofrece gran versatilidad temática, e incluye pinturas de temas mitológicos, religiosos y de historia, retratos y paisajes.
Rubens nació el 28 de junio de 1577 en Siegen, en la provincia alemana de Westfalia, en el seno de una familia flamenca calvinista que había huido de Amberes debido a la persecución religiosa. En 1578 la familia Rubens se trasladó a Colonia, donde permaneció hasta su vuelta definitiva a Amberes en 1589. Para entonces, la madre de Rubens se había convertido al catolicismo, religión que el pintor compartió y en cuya causa creyó fervientemente. Rubens recibió una educación inusual para un artista. Su primera instrucción procedería del padre, Jan Rubens, un abogado formado en Roma y Padua. En 1589 el pintor ingresó en la escuela del latinista Rombout Verdonk, donde recibió instrucción en retórica y gramática y en latín y griego. Compartió escuela con su hermano mayor, Felipe, que llegaría a ser un destacado humanista. En el arte de Rubens, y también en su abundante correspondencia, escrita fundamentalmente en italiano, pero también en francés, flamenco y latín, hay numerosas muestras de su excelente educación y del sesgo clasicista y católico de su formación. La facilidad con la que se movió durante toda su vida en los ambientes aristocráticos y cortesanos sin duda se vio facilitada por el siguiente paso en su educación, que tuvo lugar en 1590, cuando entró como paje al servicio de la condesa de Ligne-Arenberg. En esta época su vocación de pintor ya debió de haberse manifestado, puesto que en 1591, cuando tenía catorce años, Rubens ingresó como aprendiz en el taller de Tobias Verhaecht, un pintor local especialista en pintura de paisaje. Su maestro más importante fue Otto van Veen, pintor educado en los ideales clásicos de la pintura, que había vivido varios años en Roma, y que trabajaba como pintor de corte en Bruselas para los gobernadores de los Países Bajos españoles.
Su posición en Mantua le permitió vivir de su profesión y además acceder a las colecciones aristocráticas de distintos lugares de Italia. Rubens dedicó sus ocho años de estancia en la península italiana a estudiar el arte del pasado, especialmente la estatuaria griega y romana y también los grandes maestros del Renacimiento, como Rafael y Miguel Ángel. La ciudad que más frecuentó durante estos años fue Roma, donde además obtuvo sus primeros éxitos profesionales.
En 1603 fue elegido para encabezar una embajada enviada por el duque de Mantua a la corte de Felipe III en Valladolid. Permaneció en España desde septiembre de 1603 hasta una fecha indeterminada en los primeros meses de 1604, y realizó para el favorito del rey el "Retrato ecuestre del duque de Lerma" (Prado), que muestra por primera vez la habilidad del pintor para pintar imágenes grandilocuentes de los gobernantes de su tiempo. A finales de 1608, y tras recibir noticia de una enfermedad que afectaba a su madre, Rubens regresó a los Países Bajos meridionales. Aunque en un principio la intención del pintor era regresar a Italia, las «facilidades» que se le presentaron tras llegar a Amberes hicieron que permaneciera en la ciudad, donde residiría hasta su muerte.
FUENTE : Museo Del Prado
Nació en el seno de una familia de artistas y su padre, David Teniers, el Viejo, fue su primer maestro; de hecho, en los textos, se le conoce como David Teniers II. Ingresa en la guilda de San Lucas en 1633 y empieza a firmar y fechar sus cuadros en este año. En la primera época de su producción, en los temas de género, sigue a Adriaen Brouwer, y en sus paisajes se notan las influencias de Joos de Momper y Paul Brill. Pero en la vida artística de Teniers hay dos acontecimientos decisivos: su boda con una hija de Jan Brueghel, que era además ahijada de Rubens, en 1637, y su entrada al servicio del archiduque Leopoldo Guillermo en 1647. De todos modos Teniers mantuvo excelentes relaciones con múltiples mecenas y coleccionistas de pintura, que le encargaron numerosas obras, bastantes de las cuales fueron enviadas a España. Trabajó, primero en Amberes y, posteriormente, se estableció en Bruselas, en donde compró una magnífica casa junto al palacio de gobierno, transformándola en una espaciosa vivienda-estudio. Al emparentar con los Brueghel, se manifiesta en él una mayor atención a los temas populares. Las escenas rurales, de granjas e interiores, formaban parte ya de su temática, pero ahora pinta "kermesses", fiestas populares, aumenta el colorido de su paleta, y hace sus obras más alegres y abundantes en paisajes. Este cambio influye en su maduración y en 1644 es elegido decano de la guilda de Amberes. La llegada del archiduque a Flandes y la entrada a su servicio como conservador y pintor de cámara, le eleva de categoría. Después de la marcha de su gran protector y tras la muerte de su primera mujer, sucedidas en 1656, sigue viviendo en Bruselas, se casa de nuevo y su fama continúa. Sus obras clásicas como paisajes, escenas rurales y populares, interiores, siguen siendo muy solicitadas. En 1664 consigue la fundación de la Academia de Amberes, tras pedírselo como pintor de corte a Felipe IV de España, quien se lo concede. Teniers tiene una vida muy larga para aquella época, pues muere a los ochenta años. Fue ya celebrado en vida, como demuestra el libro sobre los artistas de Cornelis de Bie, publicado en 1661, y después muy estimado por los críticos y escritores de los siglos XVIII y XIX, siendo abundantes los estudios sobre su vida y sus creaciones (Luna, J. J.: De Tiziano a Goya. Grandes maestros del Museo del Prado, National Art Museum of China-Shanghai Museum, 2007, pp. 306-307).
FUENTE: Museo del Prado
Grabador, dibujante y pintor holandés. Cuando su madre contrajo matrimonio con Heindrick Goltzius en 1579, este tomó a Jacob como aprendiz. Matham trabajó con Goltzius de manera más cercana que otros de sus discípulos, realizó numerosas estampas a partir de dibujos y pinturas de su padrastro y recreó su lenguaje artístico de tal manera que en ocasiones es difícil percibirlo como un artista independiente y de personalidad propia. Otros manieristas de Haarlem como Bartholomaeus Spranger y Jan Speeckaert también le influenciaron.
Tras el regreso de Goltzius de Italia, el propio Matham estuvo allí entre 1593 y 1597 trabajando principalmente en Roma y Venecia. Con posterioridad realizó estampas a partir de obras de Tintoretto, Palma el Joven y Taddeo Zuccaro, además de otras a partir de creaciones de artistas nórdicos como Durero o Pieter Aertsen. En 1605 fue nombrado presidente del gremio de pintores de San Lucas de Haarlem y hacia 1630 era grabador de corte en La Haya.
Técnicamente, la influencia de su maestro y padrastro es especialmente perceptible en el manejo del buril produciendo resultados que semejan dibujos a lápiz. Jacob formó después a sus tres hijos en el arte del grabado; entre ellos destacó Adriaen Matham (1599-1660) que dejó testimonio en estampas y dibujos de un viaje diplomático a Marruecos, además de diversos acontecimientos políticos en la corte de La Haya.
FUENTE: Museo del Prado
Pintor flamenco. Fue maestro desde 1620, fecha en la que entró en el Gremio de Pintores de San Lucas de Amberes, estuvo relacionado con el taller de Rubens, con el que le unen afinidades artísticas. No se conocen datos de su actividad en su etapa juvenil en Flandes. Hacia el año 1635 inició un viaje de formación por Italia y en 1638 fue nombrado en Praga pintor del emperador Fernando III, quien, además de favorecerle económicamente, le ascendió a la condición nobiliaria. A la muerte de Fernando, su sucesor, Leopoldo Guillermo, le ratificó en su puesto de pintor, y el año 1657 pasó a trabajar para la corte de Viena. Su obra juvenil se centra en la realización de temas históricos y del Nuevo Testamento, en los que la influencia de la pintura de historia de Rubens es evidente. Sus trabajos más importantes fueron los numerosos retratos de las familias reales y de los miembros de las cortes de los Habsburgo, especialmente la de Viena. Estas obras jugaron idéntico papel que las de Justus Sustermans, del que es prácticamente contemporáneo, pero a diferencia de éste, Luyckx se interesó en mayor medida por la calidad de las telas y la caída de los ropajes. Su obra sufrirá la pérdida de calidad por la incesante repetición de modelos que llegan a caer en la reiteración estereotipada. En sus composiciones existe una clara relación con la retratística velazqueña, llegando a utilizar las mismas poses que el sevillano en algunos de sus cuadros; muestra de ello son los siete retratos de su mano que alberga el Museo del Prado, y que ilustran el intercambio de pintura entre las cortes de Madrid y Viena.
FUENTE: Museo del Prado
Pintor flamenco natural de Amberes, hijo de Frans Francken I y sobrino de Hieronimus Francken. En 1605 ingresó en el Gremio de Pintores de San Lucas de su ciudad natal, iniciando una carrera que llegaría hasta 1640 en la que se especializó como pintor de obras de gabinete. Muy importante es su aportación al género de los cuadros de galerías de pintura, que influirían en artistas como Teniers. Su obra parte de la de Jan Brueghel de Velours, aunque también tiene evidentes influencias de sus antecesores de la familia Francken. Las deudas de sus producciones más tempranas con el manierismo y la pintura del siglo XVI se aprecian tanto en la estructura de las composiciones, como en el ritmo y expresión de sus figuras. Además, éstas incluyen alusiones evidentes as la obra de artistas italianos como Rafael, Veronés o Zuccaro. Del mismo modo, se ha demostrado la utilización de estampas de Durero o Lucas de Leyden para algunas de sus figuras. La rica producción de Francken II puede dividirse en cuatro etapas. Las primeras obras denotan su inicial vinculación con la pintura y el estilo propios del siglo XVI, con puntos de vista altos y una clara falta de cohesión en las transiciones de los distintos planos. Asimismo, utiliza colores locales, especialmente marrones, azules y verdes. Características son sus figuras de grandes ojos negros, logrados a través de toques de negro carbón, que se prolongarán durante toda su carrera. En una segunda etapa, a partir de 1610, su paleta se va haciendo más clara, a la vez que los temas e interpretaciones, repetidos incansablemente a través de varias réplicas, le procuran un corpus pictórico inmenso y fácilmente reconocible. Es el momento de la inclusión de figuras, especialmente mujeres estereotipadas que se repetirán a lo largo de su obra. En un tercer momento, desde 1620 empiezan a aparecer típicas figuras masculinas tocadas con turbantes o gorros frigios, mientras que sus composiciones denotan un carácter profundamente ecléctico. La luminosidad general alcanza ahora su cénit, determinando el esquema cromático de la obra, en parte influenciado por la armonización general que se daba a la vez en la pintura de historiaen la escuela flamenca. Quizá por este sentido de adecuarse a las novedades en la última fase de su producción, a partir de 1630varió hacia composiciones donde el color local evolucionaría hacia tonalidades generales, frecuentemente marrones, siguiendo tanto el estilo de Rubens como el de la pintura holandesa de su momento. También realizó obras de altar, aunque en ningún caso logró acercarse a la monumentalidad de la obra de Rubens. Entre ellas destaca el altar del Gremio de los Cuatro Mártires Coronados de la catedral de Amberes (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes), donde el estilo arcaico que utiliza probablemente responda al interés por adecuarse al estilo de Martin de Vos e incluso al de algunos miembros de su propia familia. Por último, destaca su colaboración con otros artistas, en cuyos paisajes o escenas de interior pintaba las figuras, siendo habitual su cooperación con Tobias Verhaecht, Joost de Momper II, Pieter Neefs o Paul Vredeman de Vries, entre otros."; José Juan Pérez preciado, en Enciclopedia del Museo del Prado, t. III, pp. 1095-1096.
FUENTE: Museo del Prado
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