Artista italiano que trabajo como grabador, impresor y editor. Oriundo de Villa Lagarina próximo a Trento, Italia. Estuvo activo en Venecia y desde 1559 trabajó en Roma.
Hijo de pintor, es la cabeza de una gran familia de artistas que ha pasado a la historia con el nombre de "los Bassano", por su lugar de nacimiento. Jacopo Bassano mantuvo una estrecha relación laboral con sus hijos -Francesco, Girolamo, Leandro y Giambattista- en el gran taller que crearon, lo que produjo un estilo artístico familiar muy característico, tanto temática como técnicamente, de gran éxito. Esto permitió la rápida y amplia difusión, por toda Europa, de los modelos de Jacopo hasta bien entrado el siglo XVII. En sus comienzos, Jacopo pintaba cuadros religiosos, al igual que hicieran más tarde sus hijos. Seguidor de Tiziano, al principio de su carrera, su estilo se hizo enseguida caprichoso y manierista, distinguiéndose, incluso, del propiamente veneciano del segundo tercio de siglo. El conocimiento de la obra de Tintoretto le influyó considerablemente hasta el punto de transformar algo sus figuras, pero sobre todo en el empleo de la técnica y los efectos luminosos de este artista. En una fase avanzada de su vida se especializó en los cuadros de carácter bíblico-pastoral, en los que la realidad humilde y cotidiana domina por doquier y la escena fundamental pasa a segundo término, siendo el pretexto para mostrar, con cierta objetividad, todo un mundo bullicioso y aldeano, que contrasta con el carácter heroico y espectacular de la gran pintura veneciana. De hecho, la acumulación de animales de granja y enseres domésticos al lado de criados o gentes afanadas en su labor, da una imagen de pintura de género, de moda entonces entre los medios burgueses y populares, clientela habitual de Jacopo y de su taller. Esta clientela leía textos tales como la Arcadia de Jacopo Sannazzaro o las Rimas de Francesco Berni, muy alejados de la grandilocuente literatura -de carácter historicista y mitológica- que solía inspirar los cuadros de los grandes maestros venecianos. Esta faceta realista revela a los Bassano como claros predecesores del naturalismo barroco. Son famosas de esta época las series de pinturas compuestas por varios lienzos que salen del taller: El Diluvio, Las Estaciones o Los Meses, sin descuidar las secuencias de motivos del Antiguo Testamento, los temas religiosos en general o las escenas de la Vida de Cristo en particular, tratadas siempre con el aire de inmediatez que registran todas las obras de tan original escuela (Luna, J. J.: De Tiziano a Goya. Grandes maestros del Museo del Prado, National Art Museum of China-Shanghai Museum, 2007, pp. 283-284).
FUENTE: Museo del Prado
Luca Giordano gozó en vida, tanto en Italia como en España, de gran popularidad que, a su muerte, cayó precipitadamente arrastrada por dos prejuicios que se han mantenido hasta fechas recientes. El primero fue el de su rapidez de ejecución y como consecuencia su superficialidad, que siempre le reprocharon los partidarios de la estética greco-romana. Por otra parte, su sorprendente capacidad para imitar el estilo de otros artistas le relegó a la condición de copista de pintores célebres. La monografía de Oreste Ferrari y Giuseppe Scavizzi, publicada por primera vez en 1966, supuso la definitiva recuperación de este artista, al que se le reconoce hoy una fecundísima imaginación y capacidad creativa. Sus primeros biógrafos afirman que se formó en el entorno de Ribera, cuyo estilo imitó en un primer momento. Pronto realizó un decisivo viaje a Roma y Venecia, donde estudió sobre todo a Veronés, cuya influencia se percibe en su trayectoria posterior. En la maduración de su estilo también influyeron poderosamente otros artistas como Mattia Preti, Rubens, Bernini y, sobre todo, Pietro da Cortona, cuyos tipos físicos inspiraron los de Giordano. Durante los últimos años de la década de 1670 comenzó sus grandes decoraciones murales (Montecassino, 1677-1678, destruido, y San Gregorio Armeno, Nápoles, 1679), a las que siguió, a partir de 1682, la cúpula de la capilla Corsini en la iglesia del Carmen (Florencia) y, más importante, las de la galería y la biblioteca del Palacio Médici Ricardi (Florencia). En 1692 fue llamado a Madrid para llevar a cabo las grandes decoraciones murales del Monasterio de El Escorial, tanto en la escalera como en las bóvedas de la basílica, donde trabajó entre 1692 y 1694. La primera constituye su obra más esmerada, cuyo proceso siguió muy de cerca el propio monarca, Carlos II, donde combinó escenas históricas y alegorías, con personajes reales (los propios monarcas), en una composición que rebosa imaginación y que puso en evidencia ante los españoles su asombroso dominio de la técnica del fresco. A esta obra siguió otra de menor envergadura, aunque de gran importancia. Se trata del despacho y el dormitorio (destruido) del monarca en el Palacio Real de Aranjuez, decorados íntegramente por este artista: al fresco la bóveda y con cuadros al óleo sus paredes. En el despacho representó de nuevo al monarca, aunque en este caso lo hizo con una original iconografía en la que Carlos II aparece representado como nuevo Jano, garante de la paz y previsor del porvenir. Los cuadros que adornaron este ámbito completaban el mensaje político de la bóveda, dedicado todo ello a exaltar las virtudes de Carlos II como gobernante de la Monarquía hispánica. A este conjunto siguió el del Casón del Buen Retiro (h. 1697); la sacristía de la catedral de Toledo (1698); la decoración de la real capilla del Alcázar (destruido); y San Antonio de los Portugueses (1699), donde Giordano representó ocho escenas de la vida de san Antonio de Padua pintadas sobre tapices fingidos, que permiten imaginar el efecto que debían producir los perdidos Trabajos de Hércules del Casón, representados igualmente sobre tapices fingidos. La llegada de Felipe V en 1701 y el inicio de la Guerra de Sucesión provocó el fin de los encargos reales y, en definitiva, la vuelta de Giordano a Nápoles en 1702, aunque el artista continuó enviando abundantes pinturas a España. Allí murió en 1705 dejando una obra ingente y una considerable fortuna .
FUENTE: Museo del Prado
Pintor británico, hijo de un pastor protestante, ingresa en 1740 en el taller de Thomas Hudson y solo tres años después inicia su carrera profesional como retratista. Viaja en 1749 a Roma, y regresa en 1752 a Londres, pasando por Florencia, Parma, Bolonia, Venecia y París. Estudia detenidamente los monumentos de la Antigüedad, las obras de Rafael y Miguel Ángel y realiza dibujos de las pinturas de Tiziano, Tintoretto y Veronés. Se convierte pronto en un requerido retratista de numerosa clientela, contando con innumerables ayudantes de taller, tal como consta en sus detallados libros de anotaciones. Retrata a la elite intelectual, política y burguesa, a la que se suman los trabajos para la alta aristocracia. Como buen comerciante, difunde sus obras también a través de estampas. Partiendo de Antonio van Dyck y de Godfrey Kneller, reforma el concepto tradicional de la retratística británica y desarrolla principios que se ajustan siempre al tipo de encargo y al comitente, avivando las efigies a menudo con elementos dramáticos que acercan las imágenes a la pintura de historia. En los retratos de aparato dominan los elementos clasicistas, los gestos retóricos y las tonalidades de gran pureza; en los encargos particulares o en los retratos de formato más pequeño -sobre todo si el modelo pertenece al círculo de conocidos- Reynolds evoca el tenebrismo al estilo de Rembrandt, haciendo hincapié en la captación psicológica del personaje. Para retratar a las mujeres sigue una línea más idealizada, vistiéndolas a menudo con ropajes teatrales que las convierten en musas y diosas. La autoridad de Reynolds en el campo teórico es indiscutible: en 1768 se convierte en el primer presidente de la Royal Academy, predicando en sus quince Discursos sobre el arte las ideas estéticas del neoclasicismo. Su obra más madura se caracteriza, sin embargo, por un estilo menos académico, influido por su viaje a Holanda y Flandes en 1781 y por su encuentro con Pedro Pablo Rubens.
Fuente: Museo del Prado
Pintor y dibujante flamenco. Hijo del pintor Pieter de Vos el Viejo, obtuvo un temprano éxito y compartió junto con los hermanos Ambrosius Francken I y Frans Francken II el protagonismo de la pintura contrarreformística antuerpiense de finales del siglo XVI. Realizó numerosos cuadros de altar para instituciones religiosas y cofradías. Durante el periodo de dominio calvinista, su producción se volcó en dibujos de estampas para los mejores grabadores del momento. Se sabe que realizó un viaje a Italia en los años centrales del siglo XVI, conociendo Roma Florencia y Venecia, donde hay fuentes que afirman que estudió con Tintoretto. En 1558 de vuelta a Amberes entró en el Gremio de Pintores de San Lucas. A partir de entonces trabajó para numerosos patrones, entre ellos el duque Guillermo de Brunswick-Lüneburg, para quien pintó gran número de obras para la capilla de su castillo en Celle; el duque de Mecklenburg-Shwering, para quien ejecutó escenas de animales; o el mercader calvinista Gilly Houftman, que fue durante mucho tiempo su principal mecenas. Entre sus obras religiosas más conocidas destaca la Duda de santo Tomás (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes), encargada por el Gremio de Peleteros en la década de 1570, dentro de un estilo de figuras monumentales de gran detallismo y un sentido espacial de claro corte manierista. Estilo que se verá atemperado por el evidente clasicismo de otras obras como Cristo triunfante sobre la muerte y el pecado (Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes),realizado en 1590 para el Gremio de Arqueros de la ciudad. En los últimos trabajos de altar se puede observar la influencia de maestros anteriores como Quinten Massys o Marteen van Heemskerck, a la vez que suaviza los tonos de su paleta en consonancia con la obra de Otto van Veen y Ambrosius Francken. Su corpus de dibujos, del que el Museo del Prado conserva varios de distinta temática, es su gran aportación. La gran mayoría fueron llevados a la estampa por Adriaen Collaert, Hendrick Goltzius, Pieter de Jode, Aegidius, Jan y Raphael Sadeler, y los hermanos Wierix; estos dibujos configuraron en su conjunto una de las principales fuentes artísticas de las que se nutrieron muchos pintores flamencos y europeos hasta bien entrado el siglo XVII. Especialmente interesantes son sus ilustraciones realizadas para el Thesaurus veteris et novi testamenti, publicado en 1585 por Gerar de Jode, así como sus diseños de 1594 para las decoraciones de la entrada triunfal del archiduque Ernesto.
Fuente: Museo del Prado
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Adriatica di Navigazione (compañía naviera)
Pintor flamenco, maestro en Amberes desde 1602-1603. La ausencia de fechas en sus obras hace difícil establecer una cronología de su producción. Se puede definir como un pintor especializado en pintura de género, con especial atención a las representaciones alegóricas al modo de Los cinco sentidos (Musée Municipal, Cambrai). En este tipo de pintura alegórica demuestra una gran influencia de la escuela de Fontainebleau y de los flamencos Frans Francken I y David Winckenboons. También realizó paisajes, donde se puede observar su aprendizaje con Joost de Momper hacia 1593-1594. En 1602-1603 entró en el Gremio de Pintores de San Lucas de Amberes, ciudad donde desarrolló toda su carrera, aunque se le supone un viaje a Italia, hasta ahora no documentado. Sus producciones más significativas son elegantes representaciones cortesanas, tanto en interiores como en jardines, aunque también elaboró algunas pinturas de temática religiosa, como, por ejemplo, la Crucifixión (Prado), tema del que realizará varias réplicas. Sus figuras mantienen cierta relación formal con las de Hieronimus Francken II, especialmente en la expresión facial y la utilización del color negro para los ojos, aunque en Caulery son más evidentes los estereotipos y la sensación acartonada de sus personajes. La disposición de las figuras en composiciones cuidadosamente elaboradas y su agrupamiento en distintos conjuntos son características de sus pinturas, así como la utilización de medias tintas y tonalidades ocres junto con el verde veronés. Los espacios arquitectónicos en los que sitúa sus composiciones tienen un evidente recuerdo de las perspectivas de Vredeman de Vries y Hendrick van Steenwijck en los caprichosos fondos palaciegos. La colaboración con otros artistas como Abel Grimmer, y cierto gusto estereotipado de su pintura provoca que a menudo se confunda con la de artistas como Frans Francken II, Kerstiaen de Keunink o Anthony van de Velde.
FUENTE: Museo del Prado
Grabador, dibujante y pintor holandés. Cuando su madre contrajo matrimonio con Heindrick Goltzius en 1579, este tomó a Jacob como aprendiz. Matham trabajó con Goltzius de manera más cercana que otros de sus discípulos, realizó numerosas estampas a partir de dibujos y pinturas de su padrastro y recreó su lenguaje artístico de tal manera que en ocasiones es difícil percibirlo como un artista independiente y de personalidad propia. Otros manieristas de Haarlem como Bartholomaeus Spranger y Jan Speeckaert también le influenciaron.
Tras el regreso de Goltzius de Italia, el propio Matham estuvo allí entre 1593 y 1597 trabajando principalmente en Roma y Venecia. Con posterioridad realizó estampas a partir de obras de Tintoretto, Palma el Joven y Taddeo Zuccaro, además de otras a partir de creaciones de artistas nórdicos como Durero o Pieter Aertsen. En 1605 fue nombrado presidente del gremio de pintores de San Lucas de Haarlem y hacia 1630 era grabador de corte en La Haya.
Técnicamente, la influencia de su maestro y padrastro es especialmente perceptible en el manejo del buril produciendo resultados que semejan dibujos a lápiz. Jacob formó después a sus tres hijos en el arte del grabado; entre ellos destacó Adriaen Matham (1599-1660) que dejó testimonio en estampas y dibujos de un viaje diplomático a Marruecos, además de diversos acontecimientos políticos en la corte de La Haya.
FUENTE: Museo del Prado
Balen, Hendrick van
Formado con Adam van Noort y Martin de Vos. En 1592-1593 entró como maestro en el Gremio de San Lucas de la ciudad de Amberes, y poco tiempo después viajó a Italia, donde permaneció hasta 1600-1602, visitando Roma y Venecia. No se conoce ninguna obra de su etapa italiana, aunque sus primeras pinturas muestran gran relación con las composiciones de Annibale Carracci y Palma el Joven. La influencia veneciana se aprecia en las posiciones claramente manieristas de sus figuras, así como en los desnudos femeninos. Pese a realizar, al comienzo de su carrera, cuadros de altar donde se observa la poderosa romanización heredada de Noort, Van Balen evolucionará hacia un mayor decorativismo colorista más cercano a la influencia de Antonio van Dyck, quien se sospecha pasaría por su estudio hacia 1609. Inicialmente colaboró con pintores como Abel Grimmer, para cuya Vista de Amberes (Koninklijk Museum voor Schone Kunste, Amberes) pintó las figuras. Sin embargo, es en la pintura de gabinete en la que alcanzó mayores éxitos, con decidido énfasis en temas como los cuatro elementos, el banquete de los dioses y similares representaciones que permitían situar bellos desnudos en entornos naturales paradisiacos. Colaborador asiduo de Jan Brueghel de Velours, son numerosas las obras realizadas conjuntamente por ambos artistas, en las que Brueghel aportaba las guirnaldas de flores y Van Balen las figuras; uno de los mejores ejemplos de esta asociación pictórica es Ceres con los cuatro elementos (Pinacoteca Ambrosiana, Milán). También artistas como Joost de Momper colaboraron con Van Balen pintando fondos de paisajes y se conocen trabajos con Lucas van Uden, Jan Wildens y Frans Snyders. Otros modelos de inspiración para Van Balen fueron el romano Taddeo Zuccaro, de quien tomó rígidos esquemas compositivos que volcó en sus primeras obras de gabinete, como Bodas de Baco y Ariadna (Museum der Bildende Künsten, Leipzig). Su forma de componer varía hacia 1608 a esquemas más dinámicos y mejor dispuestos en el plano, siendo muy comunes las figuras en repoussoir y los contrastes lumínicos entre zonas oscuras e iluminadas, apreciables en Bodas de Tetis y Peleo (Gemäldegalerie, Dresde). A menudo sus pinturas se han confundido con las de Hans Rottenhammer, lo que se explica por la afinidad de las de ambos a las de Palma el Joven. Sus obras en el Museo del Prado son paradigmáticas de sus creaciones más habituales: representaciones alegóricas rodeadas de festones de frutas y flores, de los cuatro elementos y de las cuatro estaciones, algunas en colaboración con Brueghel. Entre sus cuadros en el Prado, solo uno, La Adoración de los Reyes, destaca por la particularidad de su tema religioso, por lo que debe ser relacionado cronológicamente con las obras religiosas que Van Balen realizó cuando era uno de los pintores de retablos más solicitados de Amberes hacia 1615, con su mejor ejemplo en La Santísima Trinidad (catedral de San Jacobo, Amberes).
FUENTE: Museo del Prado
Johan Sadeler a veces llamado Jan Sadeler I o Jan Sadeler el Viejo, fue un dibujante, grabador a buril y editor de libros flamenco, cabeza de una extensa familia de grabadores y libreros.
Formado, quizá, con su padre, en 1572 se inscribió como maestro de grabado en talla dulce en la guilda o gremio de San Lucas de Amberes, donde trabajó para el editor Cristóbal Plantino. Documentado en el gremio de Amberes hasta 1579, viajó luego por Alemania y se estableció en Colonia con su hermano Raphael entre 1580 y 1586, sin perder el contacto con Amberes a donde viajó con frecuencia en estos años. En 1581 obtuvo del emperador Rodolfo II un privilegio para poder editar sus propias obras. En 1587, residiendo en Fráncfort del Meno, editó una serie de grabados de Crispijn de Passe y Johan Wierix con el título de Triumphus martyrum. Todavía en Fráncfort entró en contacto con el duque Guillermo V de Baviera para el que trabajó como grabador de la corte de Múnich entre 1588 y 1595, cuando marchó a Italia, donde iba a residir en Verona y Roma, aunque es en Venecia donde, con privilegio del papa Clemente VII, realizó la labor editorial más importante de su carrera hasta su muerte, en agosto de 1600.
Grabador fecundo, el catálogo de su obra publicado en 1980 reúne 622 estampas sueltas o en series, algunas de ellas muy célebres e imitadas como lo fueron las series dedicadas a santos ermitaños que grabó con su hermano Raphael por dibujos de Marten de Vos y otros
Además de los dibujos de Marten de Vos, que serán una de las fuentes más importantes para sus grabados, Johan Sadeler reprodujo en sus estampas pinturas y dibujos de otros muchos artistas, tanto flamencos y alemanes como italianos.
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